Les presento un blog en donde podrán leer análisis de las letras del rock nacional de mi autoría. La idea es subir un texto cada semana, junto al tema analizado para hacerlo más gráfico. Pueden visitar mis otros blogs: microrrelatos-horaciogarcia.blogspot (narrativa), garciazepam.blogspot (poesía) y haikus-horaciogarcia.blogspot (haikus). Asimismo, en mi página web: www.garciazepam.com, encontrarán toda mi producción literaria. Espero disfruten del esfuerzo y aguardo sus comentarios. Gracias.
El autor se basa, (parafraseándolo) en un refrán popular “como dicen los
sabios, arriba siempre oscurece” para dar a entender que los que llegan arriba
sólo encuentra oscuridad y soledad. Entendiendo a los que llegan “arriba”, a
los que se la creen de grandes personajes de la historia y olvidan fácilmente
sus raíces, ya no le dan bola a los amigos, desprecian a su pareja y se olvidan
de sus parientes, etc… A estas ¿personas? no le cabe la menor duda que tomaron
el camino correcto, pero cuando llegan a la cima se dan cuenta que están solos,
pues los afectos los fueron dejando por el camino y están rodeado de
obsecuentes que los adulan para ganar unos mangos: “Se te secan los labios y
todo, todo te lo ofrecen”. La sed de la avaricia y el hambre de la soberbia,
todo lo pueden.
Da vergüenza ajena ver,
la metamorfosis del pibe de barrio.
Que ahora sale en el diario
y busca ser "rocker"
negando sus ruinas,
chapeando que desde ahora
toma cocaína.
Colgado del brazo
de un gato barato,
que le da del plato
(cocida y servida)
la papa que ayuda a aumentar
la terrible presión...
Presión!!! Presión!!!
Esta estrofa pone de manifiesto, con un claro ejemplo, la “metamorfosis
de un pibe de barrio” y pone como ejemplo al mocoso de barrio que desea llegar
a la cima a toda costa, aún mintiendo o negando su cuna, haciendo el ridículo, tomando
coca y “colgado del brazo de un gato barato” El flaco perdió su esencia y se
vendió al mejor postor por unos mangos baratos; y “que le da del plato, cocida
y servida, la papa que ayuda a aumentar la terrible presión…” No se banca,
porque los que laburan el arte desde abajo, a conciencia, teniendo en cuenta
que siempre hay un 20% de talento y un 80% de laburo en cada obra, que se paran
en los semáforos a venderte por 5 guitas los trípticos con poemas propios, a
veces muy buenos, y que no reniegan de sus humildes raíces, siempre quedamos
atrás, relegados sin prensa, somos no partidarios de los concursos que te dan
la chapa barata de un terceto muchas veces improvisado, somos los que editamos
con nuestro dinero un libro por año, porque creemos que la literatura son los
versos trabajados y pulidos como diamantes en bruto; y todo esto nos afecta, el
hecho de que unos improvisados tipitos que sólo conocen tres notas musicales,
peguen un hitazo de verano y arrastran más guita y más chapa que los laburante
de la cultura. Es obvio que todo esto aumenta la presión sobre uno mismo. Hasta
estallar.
Siempre va a pasar lo mismo
(te aclara siempre la vieja);
El trabajo será un abismo,
si entrás en el juego de cualquiera,
de cualquier idiota.
La vieja, siempre sabia y santa nos aclara: “Siempre va a pasar lo
mismo”, fijate bien con quién transás el laburo porque es muy probable que te
estroles contra las puertas cerradas después de contar los morlacos. Por
último, si uno no está de acuerdo con la idea, el trabajo se convierte en un
sacrificio cotidiano, etc. y encima, no remunerado…
¿Quién no ha sido blanco fácil
por ser inocente y creer en la gente?
Aquí se plantea la idea de la inocencia como elemento nocivo para la
subsistencia. Es cierto, en este ámbito es muy común confiar en la gente que
después te da el puntinazo y si te he visto no me acuerdo. ¿Quién no fue
inocente alguna vez en este negocio? ¿quién no ha sido lo suficientemente
inocente por seguir creyendo en la gente que anda en el negocio? ¿Y cómo
terminamos todos…? Sufrientes ¿No…? Heridos ¿No…?
Desesperación, desesperanza,
ya nada te alcanza
y encima te hicieron
caer en sus tranzas.
No te dan revancha,
sólo quedan nervios
y el miedo a quedarte
bajo esta avalancha.
La ¿gente? como culpable de nuestra desesperación, te hace cómplice de
sus chanchullos. Sabés que te están cagando, pero ya estás metido en el baile;
sólo queda el miedo de no quedar abajo de todo cuando llegue la gran avalancha.
Cuando hay algo, hay algo que perder.
Resignate,
viejo, todo está tan mal, que cuando tenés algo, seguro lo perdés.
Año: Septiembre del 1986 Análisis y/o Interpretación:
Como todo tema de los Redondos, éste no puede quedarse al margen del
doble o triple sentido, o de la doble o triple o múltiple interpretación, según
quien lo intente desmenuzar. En un principio, entendí una clara referencia al
desastre del 25 de abril de 1986 en Chernobyl, cuando explotó la central
atómica. Las pistas me la dieron algunas frases del tema (“esos chicos son como
bombas pequeñitas”), la sirena del final, la fecha de composición del tema
(inmediatamente después del desastre), las palabras que el Indio grita hacia el
final del tema cuando está sonando la sirena: “Olga Sudorova / Vodka de
Chernobyl / Chernobyl / Chernobyl / Pobre Olga / Crepó…” y por último una
estrategia real del gobierno de la Unión Soviética: Durante los meses
siguientes a la explosión, el gobierno de la entonces Unión Soviética, generó
un mecanismo de contención socio-política para evitar que el pánico se
apoderara de las víctimas de la región de Chernobyl, en su mayoría campesinos y
obreros, cuya pobreza e ignorancia los hacía fácilmente manejables. Una de estas
estrategias se basó en hacer creer a la población que los parásitos y virus
(resurgidos como consecuencia de mutaciones) podían ser combatidos y eliminados
con la ingesta abundante de VODKA.
Eran demasiadas coincidencias para no optar con un 90% de certeza que el
tema “JI ji ji” aludía a la tragedia de la Central Nuclear de Ucrania.
Sin embrago, en una nota que le hace la revista Rolling Stone, el Indio
dice esto a propósito de Ji-ji-ji: “Para
mí es un poco la paranoia de la droga. No lo llamaría de la experiencia con las
drogas -que en este caso tiene otra pretensión- sino que está hablando
simplemente de cuando alguien está a la deriva dentro de esa situación. Independientemente
de lo que la gente haya interpretado para mí se trata de la paranoia, aunque
recordemos que "cuando uno está paranoico" no quiere decir que no te
estén siguiendo. No lo soñée..., En este film... habla como de una película,
parece el típico psicópata que está viendo la película de él mismo en
circunstancias en que todos los valores, el prestigio poético de cada palabra,
tienen que ver con el estado de paranoia que te dá la cocaína, un estado muy
reconocible por otra parte.Y sobre el título... para mí el título es muy
significativo.
Porque Ji-ji-ji es una risa medio perversa, marca una bidimensionalidad, es
como que todo lo que está diciendo no es ninguna afirmación. Porque si tenemos
el cuchillo sobre la mesa, es simplemente un cuchillo, no es bueno ni es malo;
la cocaína es una cosa, no es la culpable de nada..Yo estoy hablando de la
psicopatía, de la paranoia, de todos esos males del promedio de la cultura
rock. Porque esta cultura ha pasado por diferentes etapas como cualquier cosa
que nace, se desarrolla, crece... se remata. Hubo momentos de plenitud, de
euforia, de politización, de bajón, de introspección. Todo eso ha pasado casi
como un pulso vital y yo creo que las canciones que uno hace -aunque no quiera
o aunque lo haga mal- dan como una pintura de cómo se vivían ciertas cosas en
cada momento. Suele decirse que ésa es una sensación característica de una
etapa de la década de los 80 en la Argentina, durante la cual tomar cocaína, al
menos en ciertos círculos, resultó casi una exigencia social. Justamente, al
comienzo de la cultura de las drogas ésta era una experiencia no ordinaria,
inusual, que después pasó a ser todo lo contrario. Hoy mismo, no hay nada menos
inusual que tomar falopa; es como una cosa para entretenerte en una disco, por
ejemplo. No tiene nada de la significación que tenía a fines de los 60 y
principios de los 70, cuando había una pretensión de descubrir algo, de
encontrarse a sí mismo. La gente lo sentía así, por más romántico y cursi que
pueda sonar esto actualmente.”
Y ahí se me aflojaron las piernas… ¿Cómo puede ser un tema que hable del
consumo de drogas habiendo tantas referencias explícitas al desastre de
Chernobyl? Luego me acordé que era un tema de los Redondos y recapacité. Volví
a leer el tema, pero ahora en clave de “consumo de droga” y salió esto:
“Ji ji ji” es la onomatopeya de una risa maligna; así como “Ja ja ja” es
una risa franca, alegre; “Je je je” es una risa irónica; “ji ji ji” es una risa
medio perversa, como si alguien estuviera riéndose de una circunstancia adversa
para algún otro, como si estuviera gozando con algo malo que le pasa a otro...
En este caso, la risa alude a un joven que está muy dado vuelta por la cocaína,
y en ese estado de drogadicción le entra la paranoia, para él lo están
persiguiendo. Por supuesto al tipo nadie le cree, todo el mundo piensa que es
sólo una fantasía del joven que está “reduro” por la droga; pero hete aquí que
el hecho de que el tipo sea drogadicto y esté paranoico; no necesariamente
significa que sea una fantasía suya que lo estén persiguiendo. Es posible que
al tipo realmente lo estén persiguiendo, independientemente de su paranoia, y
por eso la risa perversa de alguien que se ríe del pobre tipo, que jura y
perjura que lo persiguen y nadie le cree. Veamos la letra:
En este film velado en blanca noche
el hijo tenaz de tu enemigo
el muy verdugo cena distinguido
una noche de cristal que se hace añicos.
Empieza describiendo las circunstancias que originan la paranoia del tipo, con
frases elípticas y metafóricas, como en toda la letra. El joven viene de una
noche de intenso consumo de cocaína, es “una noche de cristal que se hace
añicos” refiriéndose a los cristales de droga que se metió encima. Está “reduro”
por la cocaína, y en ese estado le agarra la paranoia y se hace la película (“film
velado en blanca noche”) de que hay un enemigo que lo persigue para acabar con
él (“el muy verdugo”). Pero no es cualquier enemigo; sino un enemigo mortal,
potenciado; a quien el Indio describe acertadamente como el “hijo tenaz de tu
enemigo” refiriéndose a que el tipo lo percibe como alguien letal para él,
enconado contra él de una manera feroz, de rencor perdurable “tenaz”. Es un
enemigo poderoso ya que “el muy verdugo cena distinguido” con, obviamente,
otros poderosos como él.
El tipo ve a su enemigo como alguien infinitamente superior en fuerza y en
poder a él mismo, alguien contra quien no tiene la más mínima chance de
librarse, alguien que puede darse el lujo de cenar distinguido y esperar
tranquilamente el momento en que lo va a matar.
No lo soñé...
se enderezó y brindó a tu suerte
No lo soné...
y se ofreció mejor que nunca
¡No mires por favor! y no prendas la luz...
La imagen te desfiguró.
La víctima afirma que no lo soñó; que realmente lo están persiguiendo. Asegura
que vio a su enemigo “enderezarse y brindar a su suerte” (su enemigo cenaba
distinguido, se levanta de la mesa, se endereza y brinda a la suerte del pobre
tipo y le baja el pulgar; típica imagen del César en el Circo Romano). La letra
recurre a la imagen para dar cuenta de una situación de creciente violencia
implícita, sarcasmo y humor negro. Vale decir que lo del brindis es irónico, en
realidad está muy lejos de brindar por la suerte de la víctima drogada, sino
que está brindando porque lo va matar, es algo así como el dicho popular de “brindo
por la puñalada que va a dejar tendida tu osamenta”.
Y en el medio de su terror, el tipo le dice a un interlocutor imaginario que no
mire y no prenda la luz. Lo dice porque quiere autoconvencerse de que se trata
sólo de una pesadilla, de algo que no está sucediendo en la realidad; y tiene
miedo de que si alguien prende la luz, él perciba que no se trata de una
pesadilla, que se convierta en algo real. Además, sin duda, se verá desfigurado
de terror.
Este film da una imagen exquisita
esos chicos son como bombas pequeñitas
el peor camino a la cueva del perico
para tipos que no duermen por la noche.
El tipo, en el estado en que está, cree ver todo claramente, con absoluta
nitidez; como si la película que se está haciendo en el cabeza le suministrara
una imagen totalmente fiel de lo que ocurre (“Este fil da una imagen
exquisita”). Asegura que ahora lo persiguen un montón de “chicos que son como
bombas pequeñitas”, es decir, los chicos que han sido víctimas de la radiación
y ahora están cargados de energía nuclear. Y en esa alucinación, dice que es “el
peor camino a la cueva del perico”, o sea al cofre de su mente en donde se
guardan sus miedos más íntimos y espeluznantes. Pero también en el medio de su
alucinación, él sabe que es “un tipo que no duerme por la noche” (o sea, él
sabe que es un drogadicto y que la droga no lo deja dormir), y quiere
autoconvencerse de que todo es producto de su imaginación, despierta, en este
caso, por el excesivo consumo de cocaína.
No lo soñé...
Ibas corriendo a la deriva
No lo soñé...
Los ojos ciegos bien abiertos.
Insiste en vano en que no lo soñó, que realmente hay alguien que lo persigue; y
por supuesto nadie le cree. Alguien le responde que no, que todo está en su
imaginación solamente, que está paranoico por la droga y que en esa imaginación
él va sin rumbo (“ibas corriendo a la deriva”) y con “los ojos ciegos bien
abiertos” (la característica más notable del cocainómano es que tiene las
pupilas muy dilatadas), pero sin ver; como está drogado en exceso, no percibe
claramente las cosas, está idiotizado por la droga y abre bien los ojos como
una ilusión de que con ese gesto puede separar lo real de lo fantástico.
El montaje final es muy curioso
es en verdad realmente entretenido
vas en la oscura multitud desprevenido
tiranizando a quienes te han querido.
En esta estrofa queda abierta la posibilidad que, después de todo, el protagonista
no estuviera equivocado al pensar que lo perseguían; por eso “el montaje final
es muy curioso”, porque el hecho de que el tipo esté paranoico no implica la
seguridad de que no lo persigan.
Y quizás esa paranoia que sufre la víctima sea a la vez su mejor defensa,
porque si no estuviera atravesado por esa paranoia, iría totalmente indefenso (“en
la oscura multitud desprevenido”); en cambio así, paranoico, por lo menos está
alertado de que hay un enemigo que lo persigue; sea éste real o irreal...
No quisiera que el tema se vaya sin antes mencionar la interpretación
primera que había hecho del tema, es decir, el análisis de la canción, pero ahora
en clave de la desgracia de Chernobyl y no en clave de droga. Con Patricio
nunca se sabe…
Muchos coinciden en identificar la letra de esta canción con el consumo
y los efectos de la droga. Para mi fue la impresión que causó en la banda las
noticias sobre la explosión de Chernobyl. En los foros hay una discusión muy
interesante sobre este tema.
La primera parte, es decir, la interpretación del título no cambia, pues
la mirada, es decir, el sujeto locutor, es un tercero que mira la explosión de
la central nuclear, sus efectos en la población y se mete o imagina meterse con
las reacciones que dicho desastre provocó en las altas esferas políticas, sobre
todo, en el archienemigo de la Unión Soviética, los Estado Unidos de
Norteamérica.
“Ji ji ji” es la onomatopeya de una risa maligna; así como “Ja ja ja” es
una risa franca, alegre; “Je je je” es una risa irónica; “ji ji ji” es una risa
medio perversa, como si alguien estuviera riéndose de una circunstancia adversa
para algún otro, como si estuviera gozando con algo malo que le pasa a otro...
En este film velado en blanca noche
el hijo tenaz de tu enemigo
el muy verdugo cena distinguido
una noche de cristal que se hace añicos.
“Film velado en blanca noche” es una imagen lo más aproximada posible
del momento de la explosión de la Central Nuclear en Chernobyl, Ucrania, el 25/04/86.
“El hijo tenaz de tu enemigo”, refiere, sin dudas a EEUU, pues cínicamente “el
muy verdugo cena distinguido”, con arrogancia y sarcásticamente feliz por la
desgracia que sufrió su archienemigo. En tanto, la noche de Chernobyl “es un
cristal que se hace añicos”.
No lo soñé...
se enderezó y brindó a tu suerte
No lo soné...
y se ofreció mejor que nunca
No mires por favor! y no prendas la luz...
La imagen te desfiguró.
El locutor, subjetivamente, asegura no haberlo soñado; la realidad
supera a la ficción. En tanto los EEUU se enderezan y brindan por la explosión
de Chernobyl; no obstante, hipócritas ofrecen su ayuda a sus tenaces enemigos,
con algo de orgullo y soberbia. “No mires por favor y no prendás la luz”; los
efectos de la radiación hizo estragos en la gente común, desde quemaduras
inmediatas que desfiguraron el rostro y el cuerpo de los habitantes de
Chernobyl, hasta mutaciones posteriores en pequeños o en niños recién nacidos.
Este film da una imagen exquisita
esos chicos son como bombas pequeñitas
el peor camino a la cueva del perico
para tipos que no duermen por la noche.
“Este film da una imagen exquisita” dicen los EEUU, y se regodean con la
desgracia de su enemigo; se dan el lujo de bromear con los pequeños que corren
quemado y desfigurados por las calles de Chernobyl diciendo, irónicamente “esos
chicos son como bombas pequeñitas. Film velado para los rusos, film exquisito
para los EEUU, pero ninguno de los dos duerme por la noche ya que ambos se
manejan con las agencias de información que les van tirando los últimos datos
de la explosión, minuto a minuto (“el peor camino a la cueva del perico”).
No lo soñé...
Ibas corriendo a la deriva
No lo soñé...
Los ojos ciegos bien abiertos.
Nuevamente, el locutor apela a la credibilidad del lector para hacer
verídico su relato. “Ibas corriendo a la deriva” es una imagen en la que se
muestra a todos los habitantes de Chernobyl corriendo a la deriva, pues hacia
donde fueran el aire quemaba y se hacía irrespirable. “Los ojos ciegos bien
abiertos”; ya con los efectos de radiación encima, pues les había quemado la
retina y abrían bien los ojos para ver mejor, los campesinos de Chernobyl van
de aquí para allá, ciegos y desorientados.
El montaje final es muy curioso
es en verdad realmente entretenido
vas en la oscura multitud desprevenido
tiranizando a quienes te han querido.
“El montaje final es muy curioso”, pues las agencias de información rusas
manipulaban la información para minimizar el desastre y, por otro lado, las
agencias de información de los EEUU magnificaban la información para hacer
quedar muy mal a la Unión Soviética frente al resto del mundo. Como en todo
naufragio, cada individuo trata de salvarse a sí mismo aferrándose de cualquier
cosa que lo mantenga a flote, aún si tiene que robarle la balsa a su mejor
amigo.
Olga Sudorova...
Vodka de Chernobyl
Pobre la Olga! Crepó!
Hay un hecho anecdótico acerca de esta estrofa (que no está “oficialmente”
incluída en la letra) de Olga Sudorova y el vodka de Chernobyl: El Indio
comenzó a cantar estas frases, a partir de la serie de recitales ricoteros que
se hicieron en Palladium durante 1986, a partir de Mayo de ese año; y lo hizo
con una particularidad: en el recital del 16/05/86 las canta en idioma ruso
original; y en el recital del 18/10/86, las canta en castellano, tal como
figuran acá en la transcripción de la letra. Fueron las dos únicas veces en que
esta canción tuvo un final distinto al editado en el disco. No obstante ello,
en la grabación pirata del recital del 16/05/86, en el cual el Indio canta el
final en ruso; yo no percibo en ningún momento que pronuncie las palabras Olga
Sudorova ni Chernobyl.
La estrofa se refiere a una campesina ucraniana imaginaria, a quien el Indio
"bautiza" como Olga Sudorova -"Olga" por ser el nombre
femenino más comúnmente difundido en Rusia, y Sudorova porque el Indio la
imagina como una campesina esforzada, sudorosa por los rudos trabajos del campo.
Esa pobre Olga Sudorova palmó, crepó (es decir murió) debido a las horribles
mutaciones genéticas y tumores que se desarrollaron en la población de
Chernobyl como consecuencia de la radiación nuclear dispersa en el ambiente a
raíz de la explosión de la central nuclear. El gobierno ruso (por ese entonces
Mijail Gorbachov) se aprovechó de la circunstancia de que los pobladores de
Chernobyl eran todos campesinos y obreros incultos y supersticiosos, entonces
difundió entre ellos la idea de que los tumores y las mutaciones genéticas se
debían a virus que podían combatirse mediante la ingesta abundante de vodka (todavía
más del que habitualmente consumían ya de por sí los campesinos y obreros
ucranianos). Esa pobre gente, en su ignorancia, le hizo caso al gobierno ruso y
bebía vodka en cantidades indescriptibles con tal de librarse del
"virus" que los iba a matar; con el previsible resultado de que se
morían igual (obviamente), agravado por el hecho de que aquel que de casualidad
zafaba de los efectos secundarios de la radiación nuclear, se moría de
cirrosis. Terrible...
Larga muchacho tu voz joven
como larga la luz el sol
que aunque tenga que estrellarse
contra un paredón
que aunque tenga que estrellarse
se dividirá en dos. Antes de comenzar con el análisis del tema, debemos
realizar una obligada contextualización de la época en la cual Hombres de hierro gana las calles. Tras
el fallecimiento del General Perón, en ejercicio de la presidencia de la
Nación, se hace cargo de la conducción del país el vicepresidente, es decir la
esposa del General, es decir Isabel Martínez de Perón. Una mujer cuya
competencia para dirigir el futuro de un pueblo era, como mínimo, cuestionable.
Rápidamente comenzaron los desaciertos. Amparada en los obsecuentes de siempre
y manejada por el nefasto Ministro de Acción Social y director de la famosa
triple AAA (Alianza Anticomunista Argentina), Don José López Rega, Isabel
Martínez de Perón hizo del país el más famoso de los caos que el pueblo tuvo
que enfrentar. Por un lado, la inoperancia e ineficiencia de una presidente a
todas luces desesperada; por otro lado, el terror de los otros poderes
(legislativo y judicial) que no se querían hacer cargo de la situación por
temor a la triple AAA, por tanto, silenciosos e inoperantes; por otro lado, el
gran poder acumulado y sintetizado en la figura de José López Rega que hizo y
deshizo a su antojo y capricho lo que quiso durante casi cinco años, y esto
implicaba el secuestro, la tortura y la muerte o desaparición de cuanta persona
se le cruzase en el camino hacia el poder total y absoluto; y, por último,
estaban los jóvenes militantes del peronismo que continuaban reclamando la tan
famosa “patria socialista” que el General Perón había prometido; entre estos
grupos estaban la JP, Los Montoneros, la FAR, la FAP, el ERP y otras tantas
facciones en las que se había fraccionado la juventud que, aprovechando el caos
del momento, intentaban instaurar el socialismo en nuestro país por medio de la
fuerza. Los enfrentamientos más sangrientos se daban entre la policía, los
militares y la triple AAA, por un lado, y, por el otro bando, la juventud
peronista en alguna de sus formas. En este contexto sociopolítico, los artistas
instaban al pueblo a la revolución pacífica, a la vuelta de tuerca sin sangre,
planificada, pensada, organizada y efectiva. Veremos cómo se toma en la canción
este tópico. Empecemos por el título; Hombres
de hierro es una metáfora de aquellos hombres de metal o mejor, de aquello
hombres duros que utilizan el metal (arma blanca o arma de fuego) tanto para
imponer un idea como para hacer callar las ideas que se proponen. Ahora, esta
primer estrofa, entonces, hace un llamado a la juventud para que se exprese sin
violencia, pues su voz, tal como los rayos del sol, aunque se estrellen contra
un muro (metáfora de la derecha reaccionaria y fascista) se divide y
multiplica; la voz y la expresión como formas multiplicadoras del pensamiento
de un pueblo oprimido y temeroso. Vemos una comparación directa entre las voces
del pueblo y los rayos del sol (metáfora de una Argentina nueva).
Suelta muchacho tus pensamientos
como anda suelto el viento
sos la esperanza y la voz que vendrá
a florecer en la nueva tierra.
León Gieco continúa alentando a la expresión libre del pueblo y para ello se
vale nuevamente de una comparación entre las voces de la gente y el viento,
pero esta vez ya no como elemento multiplicador, sino como medio de difusión de
ideas. Que los pensamientos vuelen de boca en boca como lo hace el viento de
árbol en árbol, pues está convencido que desde las bases tiene que surgir “la
voz que vendrá” (metáfora de la nueva base de gobierno que regirá el futuro del
país). León insiste con un llamado a la paz social para que la voz germine en
la tierra nueva.
Hombres
de hierro que no escuchan la voz
hombres de hierro que no escuchan el dolor
hombres de hierro que no escuchan el grito.
Gente que avanza se puede matar
pero los pensamientos quedarán.
El estribillo es contundente y reafirma lo dicho anteriormente. Los hombres de hierro que avanzan y no
escuchan ni la voz, ni el dolor, ni el grito. Hombres que avanzan a fuerza de
palo y metal silenciando a los otros hombres que proponen nuevas ideas para una
patria más justa y más pacífica. Estos mismos hombres no se dan cuenta que se puede silenciar la
voz de miles de hombres pero las ideas siguen quedando en la voz y el
pensamiento del pueblo. Esa misma voz que, al día de hoy, no se pudo hacer
callar.
Puntas
agudas ensucian el cielo
como la sangre en la tierra
dile a esos hombres que traten de usar
a cambio de las armas sus cabezas.
Tanto el cielo como la tierra se ven oscurecidos y manchados por “puntas agudas”
(metáfora de banderas y armas) y por la sangre (Metáfora de las masacres
cotidianas de ambos bandos). El pueblo, en su conjunto, ya está harto de tanta
bandera, tanta arma y tanta sangre; quiere un cielo abierto y limpio, ye quiere
la tierra sin manchas de sangre y nueva. Para logar esto, León propone la
revolución pacífica y consensuada; una revolución en donde se usen las cabezas
(metáfora de ideas, pensamientos, diálogo, tolerancia, participación,
cooperación y consenso) antes que las armas (clara alusión al caos violento que
azotaba nuestra tierra).
En síntesis, León Gieco
realiza un claro llamado a deponer las armas y los enfrentamientos sin sentido
que dividían, literalmente, a la sociedad argentina, cada vez más azorada,
sorprendida y hasta ingenua.
Por supuesto, y como era de
esperarse, este tema fue censurado de plano al poco tiempo de su edición; León
Gieco ingresó a la lista negra de la triple A, fue perseguido y humillado en
múltiples ocasiones; no obstante, y por una de esas magias del destino, León
pudo permanecer en su tierra y continuar su lucha pacífica desde el arte, por
el arte y para el pueblo.
El tormento del vino artificial
y su atmósfera parrillera
anestesian la conciencia común,
que transcurre su infancia
en la tierra estomacal
Alguien alguna vez dijo que los argentinos somos “pancistas”, es decir,
si tenemos para el vino y el choripán para hoy, no nos preocupamos por mañana.
Es una definición un tanto simplista, pero no deja de tener algo de razón en el
sentido de “auto-anestesiarnos” que tenemos todos para despojarnos de la
conciencia que nos golpea todos los días en la nuca advirtiéndonos cómo nos
están jodiendo la vida. Cada cual busca su propia anestesia para convertirse en
robots no-pensantes: de la casa al laburo y del laburo a la casa y nada de
andar quejándose por ahí porque está mal, muy mal. Y para buscar anestesias
somos como mandados a hacer, algunos optan por la TV chatarra y alienante,
otros por el vino y los asados del domingo, los más por el deporte, la droga y
hasta la música, y hay otros que los alienan a la fuerza con pastillitas
terapéuticas. Pero todos, absolutamente todos, en algún momento de nuestra vida
usamos esta “anestesia” a modo de coraza para que la vida no nos duela tan
adentro… ¿Y quién puede juzgarnos por ello…?
Masticando esta siniestra heredad,
prisionero estoy en mi ciudad natal
donando sangre al antojo de un patrón
por un mísero sueldo
Desgraciadamente todo se hereda, hasta la miseria. Es muy natural que
aquel que estuvo prisionero toda su vida en cierta capa de los estratos
sociales que definen nuestra sociedad, traslade, aprisione, encadene, heredando
a sus hijos sus miserias, sus desaciertos y sus ilusiones. Esto se da en todos
los estratos sociales, con la diferencia que los estratos más altos tienen otro
tipo de miseria más soportable porque, al menos, tienen cubiertas las
necesidades básicas. Sin embargo, los individuos pertenecientes a los estratos
sociales más bajos, viven y heredan las cadenas de un patrón que los exprime
por unos mangos que no llegan a cubrir el pan de cada día; y esto enloquece a
cualquiera, básicamente porque la herencia es algo que no pedimos ni elegimos,
como los parientes y los vecinos.
Con el cual no logro esquivar
el trago amargo de este mal momento.
Mientras el mundo, policía y ladrón,
me bautizan sonriendo, gil trabajador.
Y claro, aquellos que tienen la “vida hecha”, aquellos que viven con lo
justo, pero que les alcanza, se la pasan “gastando” irónicamente a aquel que la
yuga honradamente para ganarse el pan. Y es aquí en donde se pone en juego otro
de los siniestros desaciertos del ser argentino: “la viveza criolla”, aquella
que considera “piola” a aquel que, sin laburar, o laburando de manera
deshonesta, amarroca el mango y vive tranquilo; por eso “policías y ladrones”,
ambos extremos se tocan en este sentido; en ambas actividades, si bien se la
juegan en cada partida, cobran por hacer muy poco, casi nada; por ello tildan
de “gil trabajador” a todo aquel que se desloma honradamente para ganarse el
pan o para planificar algo mejor para sus hijos. La sonrisa del policía y el ladrón
es cínica, violenta y provocadora, es un karma que debe soportar todo
laburante, además de lo que ya soporta en los laburos alienantes o forzados.
Esclavos de la vida que les tocó vivir, no se apartan del camino porque saben
que a pesar de todo, es la manera correcta de hacer las cosas. Sí, y hasta
soportan tozudamente, el mote de “gil trabajador”.
Bestia humana que duermes aún
de la cuna al ataúd,
extraviada del rumbo a seguir
por ignorar que no existe el fin
del que escapar.
El trabajo, muchas veces inhumano, se convierte entonces, en una especie
de anestesia que involucra a todo el entorno familiar y se va fabricando de a
poco, la herencia a nuestros hijos. Pasamos de la cuna al ataúd, muchas veces
sin darnos cuenta, tan alienados y forzados estamos levantando el mango para
sostener a la familia. Así, de padre a hijo, se va heredando la miseria en una
dura y monótona lucha cotidiana que parece no tener fin. No hay escapatoria, no
hay un hueco, un resquicio por donde espiar un ratito de luz.
De Pacheco a la Paternal,
de Dock Sud a 3 de Febrero,
mil amigos con el corazón
esperan esta canción
Pacheco, Paternal, Dock Sud, 3 de Febrero son ciudades (algunas
partidos) del gran Buenos Aires, cuyos habitantes tienen en común esta desgracia
sin escape de la miseria heredada, del trabajo forzado y de la anestesia
necesaria para bancarse el garrón de vivir en una lata, comiendo salteado y con
todo el frío instalado en los huesos.
Para atravesar
el trago amargo de este mal momento
Mientras el mundo, policía y ladrón,
me bautizan sonriendo, gil trabajador.
El autor retoma el tema del alcohol que el protagonista de la canción
bebe para pasar el trago amargo que le deparó el destino y la gastada de los
“piolas” del barrio que encima, lo tildan de “gil trabajador”.
¿Puede ser
de movida, que los tipos se manden una alusión al fracaso del anarquismo? No.
No lo creo… Nadie los entendería… Los anarcos son tan viejos… Me resultaría más poética la cosa si no fuera
porque usa palabras como “fusil” y “tirando”. El tipo no sabe para dónde va, es
otro perdido más en la gran masa de humanos perdidos de nuestro planeta… Y no
es porque no encuentre las llaves de su casa o que no sepa dónde vive… Es sólo
que se atrevió a preguntarse ¿A dónde iré…? Es como las preguntas básicas y
fundamentales que en algún momento de la vida nos hacemos ¿Quién soy? ¿Para qué
estoy? ¿A dónde voy? Y hay más, eh…? Muchas más a medida que el hombre va
descubriendo cosas, también se va preguntando cosas, porque una respuesta lleva
a otra pregunta y la respuesta a esa pregunta provoca otra pregunta… y así
vamos, con el fusil cargado de preguntas que vamos tirando para cualquier lado,
buscando una respuesta… aunque sea una…
Es resignación
O es la lucidez
Antes del final
Si uno va
por la vida sin preguntas o con ninguna intención de buscar una respuesta, es
porque se trata de un hombre resignado, una persona a la que le da lo mismo
cualquier cosa, venga de donde viniere, le da igual; para él, la vida es como
la muerte pero de pie y caminando, es un ser que está de vuelta de muchas cosas
y que puede anticipar casi cualquier pregunta que se haga una persona común,
nada espera de la vida y tampoco pide nada, las cosas suceden porque tienen que
suceder y nada más, el resto es Dios en alpargatas rascándose la cabeza; un ser
resignado es un ser acabado, en todo sentido, acabado en su completitud y
acabado en sus intenciones.
Los dos
últimos versos hablan de la lucidez antes del final, y esto me recuerda unos
versos del viejo Borges que dicen algo parecido a esto: “uno siempre se
arrepiente, / cinco segundos antes de su muerte”; y dicen que es así nomás…
Como tantos que hablan de haber visto la película (o fotos) de su vida cuando
estuvieron al borde de la muerte; pareciera que la persona adquiere cierta
lucidez antes del final… Y no sólo sucede esto con respecto a la muerte… Por
ejemplo, ¿qué pasa antes de que se desate la tormenta? ¿no hay una calma
completa en el aire, en el horizonte, en el ambiente…? Siempre la calma
antecede a la tormenta… Siempre la lucidez antecede al fracaso… Quizás sea por
eso que haya tantos divorcios en el mundo…
Suelo bucear
En un mar hirviendo
De cara a la
libertad
Buscando,
siempre buscando respuestas, nos arrimamos o nos metemos de lleno en lugares a
los que nunca nos atrevimos a llegar, por ejemplo “en un mar hirviendo”. Y…
¿Por qué buscar el significado del concepto “libertad”, justamente en un mar
hirviendo…? ¿Será que mar caliente y libertad tienen algo en común…? Puede que
no, sería como traído de los pelos… Pero, se me ocurre, mirándolo desde el lado
metafórico, que lo importante no es obtener la libertad, sino mantenerla… Y
quizás el tipo bucea de cara a la libertad en un mar hirviendo, para sostener,
para mantener, para proteger el pedazo de libertad que le tocó…
Hoy viajo solo y sin volver
Será que el
resto es languidecer
“Viaja solo
y sin volver” porque es un tipo que ya aprendió muchas cosas de la vida, como
dijimos antes, está de vuelta de muchas cosas, a diferencia de sus semejantes;
entonces, con quién podría relacionarse o comunicarse un tipo de esta
naturaleza, solamente con alguien que esté en las mismas condiciones que él, el
tema es que son tan pocos que la posibilidad de encontrarse es caso nula. Por
eso muchas personas que se encuentran en este estado de resignación, quieren
volver, es decir, adormecerse, ser un hombre masa que lo único que le preocupa
es el resultado de su equipo de fútbol… o mirar la televisión hasta que los
ojos les cuelguen de la cabeza; pero es inútil, ya no hay vuelta atrás, cuando
uno está despierto y resignado, pocas cosas le llaman la atención y pocas cosas
le asombran… Francamente es un estado de mierda… Porque seguís con las misma
preguntas de siempre, pero ahora sabiendo que la vida es un gran chiste de
algún poderoso titiritero. ¿Qué otra cosa nos queda que languidecer ante tanto
descontrol incoherente, ante tanta miseria organizada, ante tantas injusticias,
cuando, encima, sabemos que nada podemos cambiar… Languidecer… Dejarnos llevar
por la vida como si fuera un gran río manso sin recovecos y esperar que llegue
la parca para jugarse un truquito y comer una picadita antes que nos lleve a su
escondite secreto…
Me gusta estar cayendo
Voy
esperando el impacto
El tipo sabe
que al final del río está la cascada que se lo tragará… No obstante languidece
en su canoa y, por primera vez se siente feliz; sabe su destino, pero harto ya
de la vida, espera la cascada con ansias para que algo lo sorprenda, para que
algo lo saque del tedio que fue madurando durante tantos años, para que algo
distinto le suceda, para saberse vivo…
Dejaré mis sueños vencidos
Para otra ocasión
Sabe ya que
los sueños son cosas del pasado, consciente de la vacuidad de la vida, los
sueños pasan a ser como la zanahoria frente al burro, te inducen a caminar por
la vida dormido hasta el día de tu muerte… En otra ocasión, es decir, en la
próxima vida, quizás, y sólo quizás, vuelva a perseguir alguno de mis sueños…
Como un Big Bang
Quiero estrellarme
Cerca de la
eternidad
Como una
gran explosión, el tipo de la canoa busca estrellarse cerca de la eternidad.
Esto valida lo que decíamos antes, el tipo espera manso y lánguido en la canoa
esperando la caída para estrellarse, desaparecer y volver a comenzar; en esta
vida ya no le quedan ilusiones…
Y en le abismo me encontraré
y en la
caída te nombraré
A pesar de
su languidez, el tipo sabe que mientras esté cayendo, se encontrará con su
propio yo, algo que estuvo buscando durante toda su vida, es por eso que espera
ansioso la caída. Quizás recuerde, durante la caída, algún momento de felicidad
que ha tenido, tal vez por eso, en la cascada, nombre a la persona que amó
durante parte de su vida…
Me gusta estar cayendo
Voy
esperando el impacto
En la canoa,
siente la placidez y la paz del descenso; la caída por la cascada no es
violenta, sino todo lo contrario, es lenta, mansa y tranquila; el hombre puede
tomarse todo el tiempo del mundo disfrutando de su caída, recordando, buscando
su propio yo, esperando el impacto con el fondo del pozo que se lo ha tragado…
Quizás quiera tocar fondo para después darse impulso y salir nuevamente a la
superficie…
Algo falló
Todo sigue estando
Algo cambió
Todo sigue
igual que ayer
El hombre
toca fondo, se impulsa y vuelve a la superficie, ve que todo sigue igual, nada
ha cambiado, todo está tal cual él lo dejó… Sin embargo, él ya no es el mismo,
“algo cambió”, la caída le ha ayudado a encontrarse consigo mismo y, por lo
tanto, lo único que ha cambiado es la perspectiva de su propia visión del
mundo. No hay salidas… Acomodemos la carga y a seguir viaje.
Sigo esperando el impacto
Sigo esperando el impacto
Voy esperando el impacto
Nuevamente
quiere caer, para ver si esta vez algo cambia; es un ser resignado pero que no
ha perdido las
esperanzas… de la caída… y del impacto…
Lo que nace, nace entero, pero algo se pierde por el
modo de hacerlo. Un concepto bastante complejo de interpretar y de explicar,
intentaremos graficar con un ejemplo. Cuando a algunos de nosotros tiene una
idea, por ejemplo, una idea para cambiar al mundo, una nueva idea política, que
la vemos clarito en el cerebro y que cierra por todas partes, una idea concisa,
justa y acabada, para nosotros, una idea genial; pues bien la pregunta es ¿para
qué queremos una idea en nuestro cerebro genial y sola, lo ideal sería
comunicarla al resto para que se acoplen a esa idea si es que comparten los
conceptos, la idea es que salga de nuestro cerebro y comenzar a escribirla o
simplemente comentarla o hacer discursos en medio de la calle, en fin hacer
todo lo que sirva para que esa idea pueda ser interpretada por otros, seguida
por otros, comunicada por otros, lograr que la comunicación de la idea sea lo
más efectiva posible y contenga dentro de sí, el elemento multiplicador que nos
va a ayudar a que la idea llegue a todos lados. Bien, cuando hemos logrado,
escribir, charlar, comentar o comunicar la idea, es decir, cuando la idea se
sociabiliza, ya deja de ser una idea para transformarse en una ideología. En
síntesis, algo que nace entero, la idea, pierde algo por el modo de hacerlo, la
comunicación, y se transforma en otra cosa, la ideología.
salgo de este
pozo
y arranco todo
de cero
y ahora se inclina la balanza
Cuando uno cae en un pozo depresivo o simplemente
cuando cree que no hay salidas, la única salida es volver por donde llegaste,
porque más allá no hay nada. Cuando uno toca fondo, lo usa para impulsarse
hacia arriba, es decir, toma nuevos valores para resurgir a la superficie, y es
ahí cuando empieza todo de cero, es ahí donde tenemos la posibilidad o chance
de hacer algo nuevo o distinto de lo que veníamos haciendo. Lo que queremos
decir es que no está mal tocar fondo si tenemos la suficiente astucia de usar
el fondo para impulsarnos hacia la superficie. Amigos, hay entre nosotros,
mucha gente que está en el fondo y lo sabe, sólo que no sabe cómo tomar impulso
para salir; es gente como uno, que paga los impuestos, que toma taxis o viaja
en bondi, es gente normal, tan normal que muchas veces no sabemos que está
tocando fondo; por eso, cuando conocemos a alguien, debemos tantear a qué
profundidad se encuentra y ayudarla a tomar el impulso salvador. Ahora que
estoy de nuevo en la superficie, con ideas nuevas, con sangre nueva, con nuevas
ilusiones, la balanza, se inclina a mi favor, no le queda otra…
y ahora pido
yo
pido que se
abra todo
porque acá voy
de nuevo
entero o a
pedazos pero voy
voy, voy, voy
Tengo la balanza a mi favor, es decir, estoy sentado
en un platillo de la balanza y en el otro no hay nada, por lo tanto, la balanza
se inclina a mi favor y al otro platillo, el que se encuentra vacío puedo
llenarlo con lo que quiera, pero guarda, no sea cosa que el otro platillo
empiece a pesar más que nosotros, porque sino nuevamente iremos cayendo
lentamente por el pozo, porque hemos llenado el otro platillo de la balanza con
demasiadas cosas que no podemos sostener ni proteger. Como sea, hoy “pido yo”,
pido “porque acá voy de nuevo”, “entero o a pedazos pero voy”. El protagonista
del poema, escrito en primera persona, una vez en la superficie pide que se
“abra todo” para elegir qué cosas va a poner en el otro platillo de la balanza,
qué cosas puede poner que no pesen tanto y me ayuden a mantenerme en la
superficie. Es en este momento en donde el autor se juega la vida con cada
elección, porque cada elemento que seleccione debe ayudarlo mucho pero también
debe pesar poco… El tema es que el autor tiene la ventaja de pedir porque ha
tocado fondo, se ha impulsado para salir del pozo y una vez renovado en la
superficie, pide que todo se abra para elegir, porque aquí viene de nuevo,
entero o a pedazos, pero viene de nuevo…
Voy aunque me
quemes fuego
fuego te
llevaste un sueño
y me clavaste una lanza en el corazón
Una de las cosas que elige es el fuego, aunque le
queme, aunque le haya robado un sueño, aunque le clave una lanza en el corazón,
aunque pese demasiado en la balanza, el autor elige el fuego…
Vi ayer oh!
tan lejos oh! (oh!)
cosas sin
nombre
hasta que se apareció,
Vio
aparecer a lo lejos cosas sin nombre que quisiera elegir… Y esto debe sonarnos
familiar… El autor simboliza aquí a “las cosas sin nombre”, como las cosas que
son excluyentes de los sentimientos y, por lo tanto, no sabemos cómo se llaman.
Por ejemplo qué nombre le pondríamos a las mariposas que revolotean en el
estómago cuando conectamos con alguien, porque no es calentura, ni amor, ni
cariño, ni sexo… es simplemente una especie de “conexión” que se ha logrado con
la otra persona… Y en este caso, parece que apareció…
todo estalla alguna vez
párense, todos de pie
oh! Le subí el volumen cero
Las cosas sin nombre aparecen, hay que ponerse de pie,
subir el volumen y comenzar a conocerlas. Las cosas sin nombre son todas
aquellas cosas que aún no hemos elegido porque no sabemos cómo nombrarlas;
quizás por eso hay que subir el volumen y ponerse de pie, para conocer mejor a
aquellas cosas sin nombre que van apareciendo y luego, quizás, tal vez, en
algún momento, le pondremos un nombre, pero nos reservamos el derecho de
elegirlas; sólo por ahora le ponemos nombre…
Fui semilla
alguna vez enterrada viva
y puedo ser la pura savia y florecerlo.
En algún momento, surgió algo que conocí y que no
tenía nombre, le puse “semilla”; entonces entendí que yo también alguna vez fui
semilla porque me enterraron en un pozo y surgí a la superficie como algo
nuevo, sin nombre, pero con savia nueva, florecido y hermoso…
Calma no te
vayas que la adrenalina
quiero vivirla de este modo y acelero.
Voy, florecido, con savia nueva, descubriendo cosas
para ponerles nombres nuevos, eligiendo para que el platillo de la balanza se
agite un poco. Así quiere vivir el autor, acelera, con la adrenalina a full,
con ansias de saber cada vez más, con ganas de despegar, con la clara intención
que el despegue es una forma más de saber y, cuanto más sepa, menos me van a
cagar.
Si la cuenta dura diez, ya quiero pista
sólo soporto hasta cuatro y despego.
Ansiosamente, el autor no puede esperar la hora del
despegue; ya quiere pista y si la cuenta es hasta diez, él despegue con cuatro.
Eso es lo que entendemos de estos dos versos que son bastante literales; sin
embargo, quisiéramos hacer una reflexión sobre este tema. Hay que tener mucho
cuidado a la hora del despegue, no sólo con voluntad y disposición se aprenden
las cosas, también hace falta un tanto de paciencia, tolerancia y comunicación;
socialmente hablando, todos estamos en distintos estadíos de la vida, algunos
en el pozo, otros tratando de salir, otros poniéndole nombre a las cosas y
otros despegando… No sea cosa que nuestra ansiedad lastime o impida la vida de
otro.
Cosas sin
nombre a kilómetros de hoy
Cosas sin…
Cosas sin nombre y si voy.
Sacúdeme.
Me voy a kilómetros de aquí y de hoy, a buscar cosas
sin nombre, a elegir, a nombrar, a equilibrar mi balanza… No obstante,
reconozco que necesito alguien que, de vez en cuando, me sacuda…