Intérprete: Los Redonditos de Ricota
Autor: Beillinson - Solari
Álbum: Oktubre
Año: Septiembre del 1986Análisis y/o Interpretación:
Como todo tema de los Redondos, éste no puede quedarse al margen del
doble o triple sentido, o de la doble o triple o múltiple interpretación, según
quien lo intente desmenuzar. En un principio, entendí una clara referencia al
desastre del 25 de abril de 1986 en Chernobyl, cuando explotó la central
atómica. Las pistas me la dieron algunas frases del tema (“esos chicos son como
bombas pequeñitas”), la sirena del final, la fecha de composición del tema
(inmediatamente después del desastre), las palabras que el Indio grita hacia el
final del tema cuando está sonando la sirena: “Olga Sudorova / Vodka de
Chernobyl / Chernobyl / Chernobyl / Pobre Olga / Crepó…” y por último una
estrategia real del gobierno de la Unión Soviética: Durante los meses
siguientes a la explosión, el gobierno de la entonces Unión Soviética, generó
un mecanismo de contención socio-política para evitar que el pánico se
apoderara de las víctimas de la región de Chernobyl, en su mayoría campesinos y
obreros, cuya pobreza e ignorancia los hacía fácilmente manejables. Una de estas
estrategias se basó en hacer creer a la población que los parásitos y virus
(resurgidos como consecuencia de mutaciones) podían ser combatidos y eliminados
con la ingesta abundante de VODKA.
Eran demasiadas coincidencias para no optar con un 90% de certeza que el
tema “JI ji ji” aludía a la tragedia de la Central Nuclear de Ucrania.
Sin embrago, en una nota que le hace la revista Rolling Stone, el Indio
dice esto a propósito de Ji-ji-ji: “Para
mí es un poco la paranoia de la droga. No lo llamaría de la experiencia con las
drogas -que en este caso tiene otra pretensión- sino que está hablando
simplemente de cuando alguien está a la deriva dentro de esa situación. Independientemente
de lo que la gente haya interpretado para mí se trata de la paranoia, aunque
recordemos que "cuando uno está paranoico" no quiere decir que no te
estén siguiendo. No lo soñée..., En este film... habla como de una película,
parece el típico psicópata que está viendo la película de él mismo en
circunstancias en que todos los valores, el prestigio poético de cada palabra,
tienen que ver con el estado de paranoia que te dá la cocaína, un estado muy
reconocible por otra parte.Y sobre el título... para mí el título es muy
significativo.
Porque Ji-ji-ji es una risa medio perversa, marca una bidimensionalidad, es como que todo lo que está diciendo no es ninguna afirmación. Porque si tenemos el cuchillo sobre la mesa, es simplemente un cuchillo, no es bueno ni es malo; la cocaína es una cosa, no es la culpable de nada..Yo estoy hablando de la psicopatía, de la paranoia, de todos esos males del promedio de la cultura rock. Porque esta cultura ha pasado por diferentes etapas como cualquier cosa que nace, se desarrolla, crece... se remata. Hubo momentos de plenitud, de euforia, de politización, de bajón, de introspección. Todo eso ha pasado casi como un pulso vital y yo creo que las canciones que uno hace -aunque no quiera o aunque lo haga mal- dan como una pintura de cómo se vivían ciertas cosas en cada momento. Suele decirse que ésa es una sensación característica de una etapa de la década de los 80 en la Argentina, durante la cual tomar cocaína, al menos en ciertos círculos, resultó casi una exigencia social. Justamente, al comienzo de la cultura de las drogas ésta era una experiencia no ordinaria, inusual, que después pasó a ser todo lo contrario. Hoy mismo, no hay nada menos inusual que tomar falopa; es como una cosa para entretenerte en una disco, por ejemplo. No tiene nada de la significación que tenía a fines de los 60 y principios de los 70, cuando había una pretensión de descubrir algo, de encontrarse a sí mismo. La gente lo sentía así, por más romántico y cursi que pueda sonar esto actualmente.”
Porque Ji-ji-ji es una risa medio perversa, marca una bidimensionalidad, es como que todo lo que está diciendo no es ninguna afirmación. Porque si tenemos el cuchillo sobre la mesa, es simplemente un cuchillo, no es bueno ni es malo; la cocaína es una cosa, no es la culpable de nada..Yo estoy hablando de la psicopatía, de la paranoia, de todos esos males del promedio de la cultura rock. Porque esta cultura ha pasado por diferentes etapas como cualquier cosa que nace, se desarrolla, crece... se remata. Hubo momentos de plenitud, de euforia, de politización, de bajón, de introspección. Todo eso ha pasado casi como un pulso vital y yo creo que las canciones que uno hace -aunque no quiera o aunque lo haga mal- dan como una pintura de cómo se vivían ciertas cosas en cada momento. Suele decirse que ésa es una sensación característica de una etapa de la década de los 80 en la Argentina, durante la cual tomar cocaína, al menos en ciertos círculos, resultó casi una exigencia social. Justamente, al comienzo de la cultura de las drogas ésta era una experiencia no ordinaria, inusual, que después pasó a ser todo lo contrario. Hoy mismo, no hay nada menos inusual que tomar falopa; es como una cosa para entretenerte en una disco, por ejemplo. No tiene nada de la significación que tenía a fines de los 60 y principios de los 70, cuando había una pretensión de descubrir algo, de encontrarse a sí mismo. La gente lo sentía así, por más romántico y cursi que pueda sonar esto actualmente.”
Y ahí se me aflojaron las piernas… ¿Cómo puede ser un tema que hable del
consumo de drogas habiendo tantas referencias explícitas al desastre de
Chernobyl? Luego me acordé que era un tema de los Redondos y recapacité. Volví
a leer el tema, pero ahora en clave de “consumo de droga” y salió esto:
“Ji ji ji” es la onomatopeya de una risa maligna; así como “Ja ja ja” es
una risa franca, alegre; “Je je je” es una risa irónica; “ji ji ji” es una risa
medio perversa, como si alguien estuviera riéndose de una circunstancia adversa
para algún otro, como si estuviera gozando con algo malo que le pasa a otro...
En este caso, la risa alude a un joven que está muy dado vuelta por la cocaína, y en ese estado de drogadicción le entra la paranoia, para él lo están persiguiendo. Por supuesto al tipo nadie le cree, todo el mundo piensa que es sólo una fantasía del joven que está “reduro” por la droga; pero hete aquí que el hecho de que el tipo sea drogadicto y esté paranoico; no necesariamente significa que sea una fantasía suya que lo estén persiguiendo. Es posible que al tipo realmente lo estén persiguiendo, independientemente de su paranoia, y por eso la risa perversa de alguien que se ríe del pobre tipo, que jura y perjura que lo persiguen y nadie le cree. Veamos la letra:
En este film velado en blanca noche
el hijo tenaz de tu enemigo
el muy verdugo cena distinguido
una noche de cristal que se hace añicos.
Empieza describiendo las circunstancias que originan la paranoia del tipo, con frases elípticas y metafóricas, como en toda la letra. El joven viene de una noche de intenso consumo de cocaína, es “una noche de cristal que se hace añicos” refiriéndose a los cristales de droga que se metió encima. Está “reduro” por la cocaína, y en ese estado le agarra la paranoia y se hace la película (“film velado en blanca noche”) de que hay un enemigo que lo persigue para acabar con él (“el muy verdugo”). Pero no es cualquier enemigo; sino un enemigo mortal, potenciado; a quien el Indio describe acertadamente como el “hijo tenaz de tu enemigo” refiriéndose a que el tipo lo percibe como alguien letal para él, enconado contra él de una manera feroz, de rencor perdurable “tenaz”. Es un enemigo poderoso ya que “el muy verdugo cena distinguido” con, obviamente, otros poderosos como él.
El tipo ve a su enemigo como alguien infinitamente superior en fuerza y en poder a él mismo, alguien contra quien no tiene la más mínima chance de librarse, alguien que puede darse el lujo de cenar distinguido y esperar tranquilamente el momento en que lo va a matar.
No lo soñé...
se enderezó y brindó a tu suerte
No lo soné...
y se ofreció mejor que nunca
¡No mires por favor! y no prendas la luz...
La imagen te desfiguró.
La víctima afirma que no lo soñó; que realmente lo están persiguiendo. Asegura que vio a su enemigo “enderezarse y brindar a su suerte” (su enemigo cenaba distinguido, se levanta de la mesa, se endereza y brinda a la suerte del pobre tipo y le baja el pulgar; típica imagen del César en el Circo Romano). La letra recurre a la imagen para dar cuenta de una situación de creciente violencia implícita, sarcasmo y humor negro. Vale decir que lo del brindis es irónico, en realidad está muy lejos de brindar por la suerte de la víctima drogada, sino que está brindando porque lo va matar, es algo así como el dicho popular de “brindo por la puñalada que va a dejar tendida tu osamenta”.
Y en el medio de su terror, el tipo le dice a un interlocutor imaginario que no mire y no prenda la luz. Lo dice porque quiere autoconvencerse de que se trata sólo de una pesadilla, de algo que no está sucediendo en la realidad; y tiene miedo de que si alguien prende la luz, él perciba que no se trata de una pesadilla, que se convierta en algo real. Además, sin duda, se verá desfigurado de terror.
Este film da una imagen exquisita
esos chicos son como bombas pequeñitas
el peor camino a la cueva del perico
para tipos que no duermen por la noche.
El tipo, en el estado en que está, cree ver todo claramente, con absoluta nitidez; como si la película que se está haciendo en el cabeza le suministrara una imagen totalmente fiel de lo que ocurre (“Este fil da una imagen exquisita”). Asegura que ahora lo persiguen un montón de “chicos que son como bombas pequeñitas”, es decir, los chicos que han sido víctimas de la radiación y ahora están cargados de energía nuclear. Y en esa alucinación, dice que es “el peor camino a la cueva del perico”, o sea al cofre de su mente en donde se guardan sus miedos más íntimos y espeluznantes. Pero también en el medio de su alucinación, él sabe que es “un tipo que no duerme por la noche” (o sea, él sabe que es un drogadicto y que la droga no lo deja dormir), y quiere autoconvencerse de que todo es producto de su imaginación, despierta, en este caso, por el excesivo consumo de cocaína.
No lo soñé...
Ibas corriendo a la deriva
No lo soñé...
Los ojos ciegos bien abiertos.
Insiste en vano en que no lo soñó, que realmente hay alguien que lo persigue; y por supuesto nadie le cree. Alguien le responde que no, que todo está en su imaginación solamente, que está paranoico por la droga y que en esa imaginación él va sin rumbo (“ibas corriendo a la deriva”) y con “los ojos ciegos bien abiertos” (la característica más notable del cocainómano es que tiene las pupilas muy dilatadas), pero sin ver; como está drogado en exceso, no percibe claramente las cosas, está idiotizado por la droga y abre bien los ojos como una ilusión de que con ese gesto puede separar lo real de lo fantástico.
El montaje final es muy curioso
es en verdad realmente entretenido
vas en la oscura multitud desprevenido
tiranizando a quienes te han querido.
En esta estrofa queda abierta la posibilidad que, después de todo, el protagonista no estuviera equivocado al pensar que lo perseguían; por eso “el montaje final es muy curioso”, porque el hecho de que el tipo esté paranoico no implica la seguridad de que no lo persigan.
Y quizás esa paranoia que sufre la víctima sea a la vez su mejor defensa, porque si no estuviera atravesado por esa paranoia, iría totalmente indefenso (“en la oscura multitud desprevenido”); en cambio así, paranoico, por lo menos está alertado de que hay un enemigo que lo persigue; sea éste real o irreal...
En este caso, la risa alude a un joven que está muy dado vuelta por la cocaína, y en ese estado de drogadicción le entra la paranoia, para él lo están persiguiendo. Por supuesto al tipo nadie le cree, todo el mundo piensa que es sólo una fantasía del joven que está “reduro” por la droga; pero hete aquí que el hecho de que el tipo sea drogadicto y esté paranoico; no necesariamente significa que sea una fantasía suya que lo estén persiguiendo. Es posible que al tipo realmente lo estén persiguiendo, independientemente de su paranoia, y por eso la risa perversa de alguien que se ríe del pobre tipo, que jura y perjura que lo persiguen y nadie le cree. Veamos la letra:
En este film velado en blanca noche
el hijo tenaz de tu enemigo
el muy verdugo cena distinguido
una noche de cristal que se hace añicos.
Empieza describiendo las circunstancias que originan la paranoia del tipo, con frases elípticas y metafóricas, como en toda la letra. El joven viene de una noche de intenso consumo de cocaína, es “una noche de cristal que se hace añicos” refiriéndose a los cristales de droga que se metió encima. Está “reduro” por la cocaína, y en ese estado le agarra la paranoia y se hace la película (“film velado en blanca noche”) de que hay un enemigo que lo persigue para acabar con él (“el muy verdugo”). Pero no es cualquier enemigo; sino un enemigo mortal, potenciado; a quien el Indio describe acertadamente como el “hijo tenaz de tu enemigo” refiriéndose a que el tipo lo percibe como alguien letal para él, enconado contra él de una manera feroz, de rencor perdurable “tenaz”. Es un enemigo poderoso ya que “el muy verdugo cena distinguido” con, obviamente, otros poderosos como él.
El tipo ve a su enemigo como alguien infinitamente superior en fuerza y en poder a él mismo, alguien contra quien no tiene la más mínima chance de librarse, alguien que puede darse el lujo de cenar distinguido y esperar tranquilamente el momento en que lo va a matar.
No lo soñé...
se enderezó y brindó a tu suerte
No lo soné...
y se ofreció mejor que nunca
¡No mires por favor! y no prendas la luz...
La imagen te desfiguró.
La víctima afirma que no lo soñó; que realmente lo están persiguiendo. Asegura que vio a su enemigo “enderezarse y brindar a su suerte” (su enemigo cenaba distinguido, se levanta de la mesa, se endereza y brinda a la suerte del pobre tipo y le baja el pulgar; típica imagen del César en el Circo Romano). La letra recurre a la imagen para dar cuenta de una situación de creciente violencia implícita, sarcasmo y humor negro. Vale decir que lo del brindis es irónico, en realidad está muy lejos de brindar por la suerte de la víctima drogada, sino que está brindando porque lo va matar, es algo así como el dicho popular de “brindo por la puñalada que va a dejar tendida tu osamenta”.
Y en el medio de su terror, el tipo le dice a un interlocutor imaginario que no mire y no prenda la luz. Lo dice porque quiere autoconvencerse de que se trata sólo de una pesadilla, de algo que no está sucediendo en la realidad; y tiene miedo de que si alguien prende la luz, él perciba que no se trata de una pesadilla, que se convierta en algo real. Además, sin duda, se verá desfigurado de terror.
Este film da una imagen exquisita
esos chicos son como bombas pequeñitas
el peor camino a la cueva del perico
para tipos que no duermen por la noche.
El tipo, en el estado en que está, cree ver todo claramente, con absoluta nitidez; como si la película que se está haciendo en el cabeza le suministrara una imagen totalmente fiel de lo que ocurre (“Este fil da una imagen exquisita”). Asegura que ahora lo persiguen un montón de “chicos que son como bombas pequeñitas”, es decir, los chicos que han sido víctimas de la radiación y ahora están cargados de energía nuclear. Y en esa alucinación, dice que es “el peor camino a la cueva del perico”, o sea al cofre de su mente en donde se guardan sus miedos más íntimos y espeluznantes. Pero también en el medio de su alucinación, él sabe que es “un tipo que no duerme por la noche” (o sea, él sabe que es un drogadicto y que la droga no lo deja dormir), y quiere autoconvencerse de que todo es producto de su imaginación, despierta, en este caso, por el excesivo consumo de cocaína.
No lo soñé...
Ibas corriendo a la deriva
No lo soñé...
Los ojos ciegos bien abiertos.
Insiste en vano en que no lo soñó, que realmente hay alguien que lo persigue; y por supuesto nadie le cree. Alguien le responde que no, que todo está en su imaginación solamente, que está paranoico por la droga y que en esa imaginación él va sin rumbo (“ibas corriendo a la deriva”) y con “los ojos ciegos bien abiertos” (la característica más notable del cocainómano es que tiene las pupilas muy dilatadas), pero sin ver; como está drogado en exceso, no percibe claramente las cosas, está idiotizado por la droga y abre bien los ojos como una ilusión de que con ese gesto puede separar lo real de lo fantástico.
El montaje final es muy curioso
es en verdad realmente entretenido
vas en la oscura multitud desprevenido
tiranizando a quienes te han querido.
En esta estrofa queda abierta la posibilidad que, después de todo, el protagonista no estuviera equivocado al pensar que lo perseguían; por eso “el montaje final es muy curioso”, porque el hecho de que el tipo esté paranoico no implica la seguridad de que no lo persigan.
Y quizás esa paranoia que sufre la víctima sea a la vez su mejor defensa, porque si no estuviera atravesado por esa paranoia, iría totalmente indefenso (“en la oscura multitud desprevenido”); en cambio así, paranoico, por lo menos está alertado de que hay un enemigo que lo persigue; sea éste real o irreal...
No quisiera que el tema se vaya sin antes mencionar la interpretación
primera que había hecho del tema, es decir, el análisis de la canción, pero ahora
en clave de la desgracia de Chernobyl y no en clave de droga. Con Patricio
nunca se sabe…
Muchos coinciden en identificar la letra de esta canción con el consumo
y los efectos de la droga. Para mi fue la impresión que causó en la banda las
noticias sobre la explosión de Chernobyl. En los foros hay una discusión muy
interesante sobre este tema.
La primera parte, es decir, la interpretación del título no cambia, pues
la mirada, es decir, el sujeto locutor, es un tercero que mira la explosión de
la central nuclear, sus efectos en la población y se mete o imagina meterse con
las reacciones que dicho desastre provocó en las altas esferas políticas, sobre
todo, en el archienemigo de la Unión Soviética, los Estado Unidos de
Norteamérica.
“Ji ji ji” es la onomatopeya de una risa maligna; así como “Ja ja ja” es
una risa franca, alegre; “Je je je” es una risa irónica; “ji ji ji” es una risa
medio perversa, como si alguien estuviera riéndose de una circunstancia adversa
para algún otro, como si estuviera gozando con algo malo que le pasa a otro...
En este film velado en blanca noche
el hijo tenaz de tu enemigo
el muy verdugo cena distinguido
una noche de cristal que se hace añicos.
el hijo tenaz de tu enemigo
el muy verdugo cena distinguido
una noche de cristal que se hace añicos.
“Film velado en blanca noche” es una imagen lo más aproximada posible
del momento de la explosión de la Central Nuclear en Chernobyl, Ucrania, el 25/04/86.
“El hijo tenaz de tu enemigo”, refiere, sin dudas a EEUU, pues cínicamente “el
muy verdugo cena distinguido”, con arrogancia y sarcásticamente feliz por la
desgracia que sufrió su archienemigo. En tanto, la noche de Chernobyl “es un
cristal que se hace añicos”.
No lo soñé...
se enderezó y brindó a tu suerte
No lo soné...
y se ofreció mejor que nunca
No mires por favor! y no prendas la luz...
La imagen te desfiguró.
se enderezó y brindó a tu suerte
No lo soné...
y se ofreció mejor que nunca
No mires por favor! y no prendas la luz...
La imagen te desfiguró.
El locutor, subjetivamente, asegura no haberlo soñado; la realidad
supera a la ficción. En tanto los EEUU se enderezan y brindan por la explosión
de Chernobyl; no obstante, hipócritas ofrecen su ayuda a sus tenaces enemigos,
con algo de orgullo y soberbia. “No mires por favor y no prendás la luz”; los
efectos de la radiación hizo estragos en la gente común, desde quemaduras
inmediatas que desfiguraron el rostro y el cuerpo de los habitantes de
Chernobyl, hasta mutaciones posteriores en pequeños o en niños recién nacidos.
Este film da una imagen exquisita
esos chicos son como bombas pequeñitas
el peor camino a la cueva del perico
para tipos que no duermen por la noche.
esos chicos son como bombas pequeñitas
el peor camino a la cueva del perico
para tipos que no duermen por la noche.
“Este film da una imagen exquisita” dicen los EEUU, y se regodean con la
desgracia de su enemigo; se dan el lujo de bromear con los pequeños que corren
quemado y desfigurados por las calles de Chernobyl diciendo, irónicamente “esos
chicos son como bombas pequeñitas. Film velado para los rusos, film exquisito
para los EEUU, pero ninguno de los dos duerme por la noche ya que ambos se
manejan con las agencias de información que les van tirando los últimos datos
de la explosión, minuto a minuto (“el peor camino a la cueva del perico”).
No lo soñé...
Ibas corriendo a la deriva
No lo soñé...
Los ojos ciegos bien abiertos.
Ibas corriendo a la deriva
No lo soñé...
Los ojos ciegos bien abiertos.
Nuevamente, el locutor apela a la credibilidad del lector para hacer
verídico su relato. “Ibas corriendo a la deriva” es una imagen en la que se
muestra a todos los habitantes de Chernobyl corriendo a la deriva, pues hacia
donde fueran el aire quemaba y se hacía irrespirable. “Los ojos ciegos bien
abiertos”; ya con los efectos de radiación encima, pues les había quemado la
retina y abrían bien los ojos para ver mejor, los campesinos de Chernobyl van
de aquí para allá, ciegos y desorientados.
El montaje final es muy curioso
es en verdad realmente entretenido
vas en la oscura multitud desprevenido
tiranizando a quienes te han querido.
es en verdad realmente entretenido
vas en la oscura multitud desprevenido
tiranizando a quienes te han querido.
“El montaje final es muy curioso”, pues las agencias de información rusas
manipulaban la información para minimizar el desastre y, por otro lado, las
agencias de información de los EEUU magnificaban la información para hacer
quedar muy mal a la Unión Soviética frente al resto del mundo. Como en todo
naufragio, cada individuo trata de salvarse a sí mismo aferrándose de cualquier
cosa que lo mantenga a flote, aún si tiene que robarle la balsa a su mejor
amigo.
Olga Sudorova...
Vodka de Chernobyl
Pobre la Olga! Crepó!
Hay un hecho anecdótico acerca de esta estrofa (que no está “oficialmente”
incluída en la letra) de Olga Sudorova y el vodka de Chernobyl: El Indio
comenzó a cantar estas frases, a partir de la serie de recitales ricoteros que
se hicieron en Palladium durante 1986, a partir de Mayo de ese año; y lo hizo
con una particularidad: en el recital del 16/05/86 las canta en idioma ruso
original; y en el recital del 18/10/86, las canta en castellano, tal como
figuran acá en la transcripción de la letra. Fueron las dos únicas veces en que
esta canción tuvo un final distinto al editado en el disco. No obstante ello,
en la grabación pirata del recital del 16/05/86, en el cual el Indio canta el
final en ruso; yo no percibo en ningún momento que pronuncie las palabras Olga
Sudorova ni Chernobyl.
La estrofa se refiere a una campesina ucraniana imaginaria, a quien el Indio
"bautiza" como Olga Sudorova -"Olga" por ser el nombre
femenino más comúnmente difundido en Rusia, y Sudorova porque el Indio la
imagina como una campesina esforzada, sudorosa por los rudos trabajos del campo.
Esa pobre Olga Sudorova palmó, crepó (es decir murió) debido a las horribles
mutaciones genéticas y tumores que se desarrollaron en la población de
Chernobyl como consecuencia de la radiación nuclear dispersa en el ambiente a
raíz de la explosión de la central nuclear. El gobierno ruso (por ese entonces
Mijail Gorbachov) se aprovechó de la circunstancia de que los pobladores de
Chernobyl eran todos campesinos y obreros incultos y supersticiosos, entonces
difundió entre ellos la idea de que los tumores y las mutaciones genéticas se
debían a virus que podían combatirse mediante la ingesta abundante de vodka (todavía
más del que habitualmente consumían ya de por sí los campesinos y obreros
ucranianos). Esa pobre gente, en su ignorancia, le hizo caso al gobierno ruso y
bebía vodka en cantidades indescriptibles con tal de librarse del
"virus" que los iba a matar; con el previsible resultado de que se
morían igual (obviamente), agravado por el hecho de que aquel que de casualidad
zafaba de los efectos secundarios de la radiación nuclear, se moría de
cirrosis. Terrible...