Intérprete: Los piojos
Autor: Los piojos
Álbum: Civilización
Año: 2007Análisis y/o Interpretación
¿Qué voy a hacer con
tanto cielo para mí?
Voy a volar, yo soy
un bicho de ciudad.
Al autodenominarse
“bicho de ciudad”, inmediatamente se me ocurren dos caminos a seguir. Por un
lado “bicho de ciudad” me da la idea que el autor se autodefine como “distinto”
o “diferente” del resto de la gente que no es bicho de ciudad; en este sentido,
su autoestima está por el piso, pues define al resto como seres superiores a
él, es decir, un ser insignificante que toma conciencia de su inferioridad
respecto del resto de los individuos. Y, por otro lado, “todos” somos bichos de
ciudad y nuestro “cielo” pasa a ser la gran urbe; en este sentido, y valga la
comparación, la ciudad es una gran colmena, en donde millones de abejas (bichos
de ciudad) trabajan afanosamente y sin quejas, para satisfacer las necesidades
de un solo individuo, la abeja reina (los poderosos de siempre). Finalmente,
sea cual fuere el camino que tomemos en el análisis, siendo un bicho de ciudad,
no le queda otra que volar para subsistir y porque es su naturaleza.
¿Qué voy a hacer?
¿Cuál es el camino a seguir?
Voy a soñar con ese
beso al regresar.
Continuando con la
comparación, ¿qué puede hacer un bicho de ciudad? ¿cuál es el camino a seguir?
Ante la desorientación y la desesperación, hasta que no llegue quien le diga
cuál es su punto de partida, cual es su destino, cuál es su meta y cuál es su camino,
seguirá volando alrededor de la colmena sin norte y sin sentido. Y la ciudad
genera eso en los individuos, la desesperación, la angustia y la paranoia,
incitan a soñar con un beso cuando lleguemos a casa después de un todo un día
volando sin sentido. No por nada, hay en el mercado tantos libros de autoayuda,
yuyos para sentirse mejor, casas de masajes descontracturantes, técnicas de
relajación, y toda una gran gama de productos que le ayudan (o no) a los
individuos a sentirse mejor y encarar la vida de alienado con una sonrisa como
careta. Todos estos productos que se promocionan y venden masivamente, no hacen
más que disfrazarnos de seres felices para que sigamos adelante, sin quejarnos,
en una ciudad que es, como mínimo, una locura descontrolada. Cómo no va a soñar
con un beso al regresar a su hogar, cuando el autor es una de las pocas
personas que son plenamente conscientes de la alienación en la que viven… No
hay nada peor que ser conscientes en la ciudad de la furia…
Cierro los ojos, no
imagino algo mejor.
Respiro hondo y tomo
el vino…
Ciertamente, yo
tampoco Ciro, yo tampoco imagino algo mejor. El beso es más que un contacto
labial entre dos personas, es la resignificación del ser humano que somos, es
decir, al menos alguien nos reconoce como tales, alguien nos reubica en el
lugar que ocupamos en el mundo, alguien nos dice, con el beso, que no estamos
equivocados, que tenemos que seguir siendo conscientes, aunque duela, porque de
lo contrario, ese beso al regresar, carecería de sentido.
Y no te asustes si me
río como un loco;
es necesario que a
veces sea así.
Será la vida que
siempre nos pega un poco.
Nos encandila con lo
que está por venir…
En medio de tanta
paranoia y neurosis ciudadana, el bicho de ciudad consciente necesita, de vez
en cuando, hacer catarsis para no volverse loco. Pero la realidad no le ofrece
muchas alternativas reales para eso, entonces recurre al cansancio físico o la
descarga a través de los músculos del cuerpo. “¡Ah…! ¡Vengo del gimnasio!
¡Estoy como nuevo!” ¿Cuántas veces escuchamos esta frase…? Hasta los mismos
médicos la recetan como una manera eficaz de sentirse bien… Y sí, en parte debo
reconocer que tanta proliferación de gimnasios, le da la razón a la gente…
Pero… La pregunta queda pendiente… Porque cuando salimos del gimnasio, por
mejor que nos siente la ejercitación, la realidad todavía está ahí… Y si cuando
saliste del gimnasio tenés que pagar la factura del gas, caes de nuevo en la
alienación… La vida nos vive tirando palos que a veces son difíciles de
digerir. Nos viven deslumbrando con un futuro mejor, pero siempre se trata de
luces inalcanzables, fuegos fatuos de ciudad; la zanahoria frente al burro.
¿Por qué…? Porque somos las abejas que deben satisfacer a la reina… Mi opinión
es que hasta que no hagamos una verdadera revolución de consciencia, por más
catarsis física que hagamos, la realidad nos va a seguir tirando palos. Hay que
hacer la introspección y buscar nuestro verdadero yo, trabajar con él,
reconocerlo, vivir la vida conscientes de la relación simbiótica que hemos
hecho con él; trabajar con el sentido connotativo de las cosas hasta que éste
desaparezca y sólo quede el mensaje claro y simple que queremos comunicar. La
verdadera revolución es interna, individual, trabajosa y lenta, pero, a la vez,
segura y satisfactoria.
Bajo un árbol me
refugio del calor.
En el silencio,
escucho el río.
Otra de las
costumbres de los bichos de ciudad es tirarse bajo un árbol, o descansar en una
plaza, o hacer yoga, o fenshui, o cualquier otra cosa que nos depare un break en
nuestra cotidianeidad, buscar la sombra, escuchar el río y los pájaros, todo
muy oriental y bucólico… Pero… Insisto con la pregunta… ¿la realidad
desaparece? ¿el sistema cambió mientras estábamos descansando? Pues no, todo
sigue igual, nada ha cambiado… Miramos el reloj y nos levantamos apuradísimos
porque tenemos que cubrir un cheque antes que cierren los bancos… O sea, más de
lo mismo… El sistema no cambia (y no le echemos la culpa) porque el sistema
somos nosotros, y hasta que no cambiemos nosotros, no esperemos nada del
sistema, porque así como está funciona de maravillas sólo para los que tienen
la sartén por el mango… Insisto con lo mismo, en tanto y en cuanto no cambiemos
cada uno de nosotros, no cambiará nuestra forma de vivir y mucho menos la forma
de ver al mundo.
Tengo algo mal
pensado,
little baby en el
colchón.
Lloviznando de
repente,
dónde está mi amor.
Es tanta la
esquizofrenia cotidiana que al autor ya no le alcanza con un beso al regresar,
lo quiere todo. Y aquí se abren dos caminos. El primero de ellos radica en
pensar en la cosificación del ser humano, es decir, si el autor piensa en
volver a casa sólo para tener relaciones con su pareja, está cosificando a su
pareja, la toma como una cosa que sirve sólo para satisfacer sus deseos carnales.
El otro camino de análisis radica en lo que mencionábamos anteriormente, el
autor busca el beso y la relación carnal para asegurar no sólo su lugar en el
mundo sino también asegurar la relación con el otro. La lluvia puede tomarse
como una metáfora de los últimos instantes del día del autor y su creciente
ansiedad por encontrarse con su pareja. Por otro lado, el término “amor”
verifica el segundo camino de análisis que habíamos hecho más arriba.
Llegué de lejos.
Yo te quiero en lo
que se de
alguien que te está
buscando,
sed hay en sus manos.
“Llegué de lejos”
podría interpretarse de dos maneras distintas. La primera, en su sentido
literal, no habla de un bicho de ciudad que ha recorrido un largo y penoso
camino para retornar a su hogar. La segunda nos habla metafóricamente de una
introspección que hizo el autor para estar en calma cuando llegue a su hogar.
Por otro lado, vemos que el yo lírico se reconoce como ajeno a sí mismo, como
una supraconsciencia que busca a su amor y que tiene sed en sus manos; quizás
esto verifique la segunda interpretación que hicimos anteriormente. Es decir la
supraconsciencia (la consciencia superior de cada individuo cuando realiza una
introspección) hace que el “viaje” del autor sea una metáfora mental, un largo
camino introspectivo que tiene que recorrer con sed y empapado para finalmente
llegar pleno de consciencia a su hogar y a su amor.
Es perfecto el aire,
la cumbre bajo el sol.
De lo que quede de
mí, te llevo un poco.
“Es perfecto el aire,
la cumbre bajo el sol”, nos da la idea de que el viaje fue efectivamente una
introspección muy larga y laboriosa, pero que encontró finalmente sus frutos.
Se puede decir que encontró la paz en su alienación cotidiana. Por lo pronto,
lo que quede de él, tanto física como mentalmente, se lo llevará a su pareja
como una prenda de amor obtenida en el día a día laborando en nuestra propia… ciudad
de la furia…
Muy bueno el análisis bro! Es un tema antiquísimo que lo encontré en un viaje hace un par de días en baires. De los piojos y de Ciro nada que decir. Gracias!
ResponderBorrarPara mi trata de unhombre que va al campo o a una zona rural y se despeja de todo lo malo de la ciudad(que voy a hacer con tanto cielo para mi,voy a volar yo soy un bicho de ciudad) (es perfecto el aire la cumple bajo el sol )
ResponderBorrarPara mi (pescador loco bohemio, borracho) te diré q al lado del rio el vino tiene mas sabor.
ResponderBorrarMas allá de que la musica se interpreta conforme al estado de ánimo y lo q ha vivido.
Pero creo que muchos coincidimos que habla de un cable a tierra.
PARA MÍ!! (aclaro) lo de bicho de ciudad es como te sentís en la inmensidad y tranquilidad del río ( o mar, o campo)comparado con lo que uno siente en la amansadora de subirse a un colectivo o tren y viajar como animales encerrados .
Y si..... ...muchas veces me toco reír como un loco al encontrarme conmigo mismo.
Tal vez no tenga nada que ver, pero no se si alguien ha escuchado el tema del gran Atahualpa Yupanqui : EL CIELO ESTÁ DENTRO DE MI.
SALUDOS!
Para mí básicamente se trata de una persona que sale de estar preso , por eso dice que voy a hacer con tanto cielo para mí . Por otra parte da a entender que salió de tal situación cuando explica que cera hay en sus manos dando a entender
ResponderBorrarQue es otro el criminal como doble identidad una del delincuente y otra del hombre enamorado ...
Gracias
Para mi el autor de refiere a la cuidad como la vida estando en pareja, que es a lo que está acostumbrado. Y que no sabe que hacer ahora que no lo está. Sin embargo, a medida que transcurre la canción, tras un proceso de duelo y superación, entendió que estar soltero no está tan mal , pero que igual siempre va a haber un espacio para ella en su corazón. Como dice "de lo que queda de mi te llevo un poco"
ResponderBorrarPara mi les gusto mucho La Cumbre - Córdoba :)
ResponderBorrarPara mi... aaaahh ..... saludos desde cba
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